miércoles, 23 de diciembre de 2015

Ernesto Guevara supo desde la panza que al reloj del planeta lo mueven agujas muy cortitas. Por eso pidió permiso anticipadamente: cuarenta y dos días antes de lo previsto, el 14 de junio de 1928, su madre Celia lo dio a luz en un sanatorio de Rosario.
A las semanas de nacer, padeció una bronconeumonía muy grave que casi lo expulsa del mundo. En ese momento la muerte andaba buscando a alguien que le regalara los pulmones, y lo encontró: porque dos años más tarde, Ernesto Guevara sufrió el primero de sus muchos ataques de asma.
La enfermedad hizo que toda su familia se trasladara a la ciudad de Alta Gracia, en Córdoba. El clima seco, sin embargo, no sirvió para atenuar los constantes silbidos de su respiración: a los siete años él no figuraba en ningún establecimiento de educación primaria. Cuando finalmente fue anotado en una escuela, sólo pudo cursar formalmente segundo y tercer grado.
La casa en la que vivió en Alta Gracia, hoy convertida en museo
Condenado a estudiar desde su casa, Ernesto Guevara cambió a los maestros de pizarrones por maestros de libros: Julio Verne, Alejandro Dumas y hasta Sigmund Freud comenzaron a ser leídos por sus ojos. El regocijo por la literatura también lo sintió por el ajedrez.
La fotografía fue otro de los campos que le empezó a gustar. Pero las imágenes que tomaba él. En las que le sacaban los otros, Ernesto Guevara siempre aparecía igual: el pelo engrasado, los pantalones desgarrados y los zapatos de diferente color. Imposible: a alguien que usaba la misma remera durante una semana entera, la estética no podía importarle.
Sí le interesaba jugar al rugby, explorar los montes, subir a los árboles y correr hasta que sus bronquios se pusieran en rojo. El verde lo puso él a los veintiún años: en una bicicleta a motor decidió recorrer gran parte de la Argentina. Doce provincias fueron testigos de esos pies que dos años más tarde, en 1951, dejaron huellas en otros países: en esta segunda travesía lo acompañó su amigo Alberto Granado. Cuando partieron desde la estación de ferrocarril Retiro, Ernesto Guevara saludó a su familia con un grito premonitorio: “Aquí va un soldado de América”. Los familiares sonrieron: pensaron que el grito era un chiste.
En 1952, después de conocer las ruinas de Machu Picchu y de permanecer internado una semana en un hospital de Perú tras una crisis asmática por oler pescado, Ernesto Guevara regresó a Buenos Aires con el objetivo de rendir las doce materias que le faltaban para recibirse de médico. Estaba tan deseoso de volver a viajar que las metió todas en un solo año. Luego, por supuesto, partió de nuevo.
Chocaba copas en un bar de Costa Rica festejando la Nochebuena de 1953 cuando escuchó a un par de cubanos referirse a lo sucedido en julio de ese mismo año en el cuartel Moncada. Un grupo de hombres liderados por Fidel y Raúl Castro habían tratado de asaltar aquella fortaleza para desestabilizar al dictador de ese país, Fulgencio Batista. Ernesto Guevara creyó más en los renos de Papá Noel que en todas las atrocidades que acapararon sus oídos. Molesto, desafió a los contadores de pavadas: “Ahora por qué no se cuentan una de cowboys…”.
Los disparos y las muertes dejaron de ser pura película cuando en 1954 fue derrocado Jacobo Árbenz, el presidente de Guatemala. En aquel territorio, meses atrás, Ernesto Guevara había conocido a Hilda Gadea, su primera esposa. Pero los besos tardaron un tiempito en concretarse: allí la situación se tornó tan espesa que él debió dormir en la embajada argentina para refugiarse de las balas. Luego, lo mandaron a México.
Fidel Castro (izquierda) y Ernesto Guevara (derecha), en México
En la tierra de los tacos y de los mariachis, él y su mujer tuvieron a su única hija. La satisfacción por la recién nacida fue tan enorme como el primer día que vio a Fidel, también exiliado en aquellas latitudes. Después de muchas conversaciones, Ernesto Guevara se ofreció a sumarse al movimiento y fue aceptado.
Fidel pretendía hacer la revolución en Cuba, no sin antes de que sus ochenta hombres se entrenaran en una de las tantas fincas perdidas por ahí: el curso intensivo de explosiones y de trincheras duró tres meses. El mejor de la clase no fue Ernesto ni Guevara: fue simplemente el “Che”, apodo que se le otorgó durante aquellos días.
Sin embargo, el gobierno mexicano los descubrió en las semanas posteriores y los apresó. El Che realizó dos huelgas de hambre en dos meses. Cuando lo liberaron, juro abandonar el país. Eso sí: no dijo cuándo. Pasó escondido los tres meses siguientes, sin cruzar la frontera.
El 25 de noviembre de 1956, el “Movimiento 26 de julio” partió hacia Cuba en el yate Granma. Eran ochenta y dos revolucionarios en una nave que sólo estaba capacitada para unos veinte cuerpos. Si todo salía bien, el 30 de ese mismo mes irrumpirían en las costas cubanas. Pero los planes que gritan justicia nunca son demasiado justos con los justicieros. Llegaron el 2 de diciembre, y nadando: el bote encalló a varios metros de tierra firme. Luego de cuatro horas de luchar contra el agua, se internaron en la selva.
A las 72 horas hicieron una parada en Alegría del Pío para descansar las llagas de los pies. No hubo nada de alegría, en realidad: una ráfaga de tiros los acribilló vivos. El Che sintió el calor sobre su cuello y la muerte sobre su corazón. Una bala lo rozó en el griterío y un silencio lo calló en su temblor. No escuchaba nada, hasta que alguien gritó: “Aquí no se rinde nadie, carajo”. Camilo Cienfuegos seguía vivo en su propia voz. Y el Che también.
Luego del enfrentamiento, de los ochenta y dos rebeldes iniciales quedaron veintidós. Esos sí que estaban locos en serio: treinta mil hombres de Batista los esperaban con cuchillo y tenedor, pero ellos seguían firmes. El primer gustito con sabor a victoria fue el 17 de enero de 1957, cuando ganaron su primera batalla. Después de aquella contienda, el Che robó dos lápices y un cuaderno y estrenó su “Diario de campaña”.
Las victorias continuaron y la marcha también: el Che, además de avanzar con su fusil recitando poemas de Pablo Neruda, ahora revisaba a los enfermos de los pueblitos y lloraba al observar cómo los gusanos se comían literalmente a los nenes. Cuando los campesinos lo veían llegar, no lo podían creer: la mayoría nunca había hablado con un médico. Por esto, y por las miserias incalculables sufridas a lo largo de sus vidas, la población civil se unió a las filas de los subversivos. Fueron aceptados con la condición de que aprendieran a leer y a escribir.
El 5 de mayo de 1958, ante el notorio crecimiento del grupo guerrillero, Batista anunció la “eliminación definitiva” de los insurgentes. Lanzó doce mil hombres a su búsqueda y a su exterminio. Dos meses después, retiró a los soldados: doce mil hombres a veces es muy poco.
Estimulados por el éxito en Sierra Maestra, Fidel quiso ampliar los horizontes. El objetivo consistía en llevar la guerra al llano. Ya con la estrella de comandante adosada a su boina, el Che partió con más de ciento cuarenta facciosos hacia la provincia de Las Villas. Estuvieron horas y horas enteras sin probar un bocado, y caminaron quinientos kilómetros en cuarenta y cinco días. A destino llegaron el 7 de octubre.
El 29 de diciembre se produjo la batalla final en Santa Clara. Nunca se festejó tanto un Año nuevo en esas tierras: el primero de enero de 1960, Batista abandonó la isla y la Revolución Cubana cantó victoria. En esas horas, el Che recibió un llamado. Era su padre, Ernesto, desde Argentina. Ninguno de los dos reconoció la voz del otro.
Cuba, el Che y su frase: "Hasta la victoria siempre"
Días más tarde, toda su familia se trasladó a la isla. El abrazo del Che con su madre duró los seis veranos que estuvieron separados y ahí, en Cuba, a sus treinta años, Celia lo parió de nuevo: Fidel lo nombró “cubano de nacimiento” y la gente lo adoptó como suyo. Su apodo estaba bien puesto desde la primera vez que sonó en el aire: “Che”, en guaraní, significa “mí”.
El 2 de junio de 1958 volvió a comprometerse. Esta vez lo hizo con su secretaria, Aleida March. En la fiesta de casamiento el público brindó por los novios, pero también por los diez mil cuarteles militares que fueron convertidos en escuelas para disminuir el 30% de analfabetismo que sufría el país.
En los casi diez años posteriores, el Che presidió el Banco Nacional de Cuba, estuvo a cargo del Ministerio de Industrias, publicó manuales sobre guerrillas, y viajó por varios continentes para fortalecer las relaciones internacionales con las demás naciones.
Pero las botas de un revolucionario no aguantan estar limpitas de barro por mucho tiempo.
Por eso en 1966 se deshizo de todas las responsabilidades burocráticas y, en afán de que nadie pudiese reconocerlo, se afeitó la barba, se tiñó el pelo de rubio, desempolvó las corbatas y los trajes, y sonrió con una dentadura postiza. De este modo recorrió el territorio sudamericano en busca del lugar propicio para clavar su bandera. Eligió Bolivia. Antes, no obstante, despidió a Fidel, a Aleida y a los cuatro hijos que tuvo con ella: los nenes, sus nenes, la última vez que lo vieron no pudieron distinguir a la persona que estaba detrás del disfraz. El Che se fue para siempre sin escuchar un solo “papá”.
El 3 de noviembre de 1966 arribó a Bolivia. Cuatro días más tarde, los cuarenta y siete combatientes que componían el foco guerrillero se ubicaron cerca del río Ñancahuazú, al sudeste del país. Si en Cuba alrededor del 30% de la población era analfabeta, en Bolivia se duplicaba el porcentaje. A su vez, el 50% de los hombres explotados en las minas no superaba los treinta años.
En enero y febrero de 1967, las armas comenzaron a llegar en bolsas de cemento. Recién en marzo se produjo el primer enfrentamiento. A pesar de haber ganado la batalla inicial, a partir de allí la guerra fue de mal en peor: el rechazo de la población local a los revolucionarios y la ayuda casi nula de algunos sectores comunistas hacia ellos desembocaron en una derrota que se consumó a los siete meses de apretar por primera vez el gatillo.
El Che capturado en Bolivia
El 8 de octubre de ese mismo año, El Che fue arrestado por las fuerzas del presidente René Barrientos en la Quebrada del Yuro. Los captores avisaron a sus superiores: “Tenemos a Papá”. Papá era el nombre en clave para referirse al Che. De la boca de sus enemigos salió la palabra que le debían sus hijos.
Al día siguiente lo fusilaron en una escuelita de La Higuera, a sus 39 años. Ningún soldado se animó a limpiar la sangre: no hubieran podido lavarse las manos como lo hicieron después.
Precisamente en una lavandería, lo exhibieron. Los flashes volvieron a quemarle las venas. Horas más tarde, le cortaron las manos para que los especialistas en huellas digitales corroboraran su muerte. Y luego, desaparecieron el cuerpo.
Llevó casi treinta años encontrarlo. Cuando los antropólogos lo descubrieron, algunos argentinos y algunos cubanos se turnaron para dormir en la fosa del Che por temor a que se robaran los restos. La misma muerte que había escondido su cuerpo años atrás, esta vez ni siquiera se le acercó. Es que ahora, por cada hueso quieto de Guevara había miles y miles de huesos inquietos que lo defendían con uñas y dientes.
La palabra Che ya no tenía una sola sílaba. Tenía un millón. Y llevaba tilde…
Escrito por Santiago Capriata

domingo, 20 de diciembre de 2015


¡Frida Kahlo, lecciones de vida!

Nunca sabes qué cartas te dará la vida, pero sí puedes saber cómo jugarlas. ¡Viva Frida!

CARLOS DORADO |  EL UNIVERSAL
domingo 20 de diciembre de 2015  12:00 AM
Recuerdo como hoy, el día que descubrí a Frida Kahlo, así como el nacimiento de Frida Kahlo Corporation, que posee los derechos de la famosa pintora mexicana, y cuya corporación me enorgullece presidir. 

Los que la conocieron personalmente (yo por mi edad no tuve esa suerte), la describieron como: una de las grandes divas de la historia, una gran bebedora de tequila, y una "bohemia" que organizaba cenas festivas para León Trotsky y Pablo Neruda.

En muchas oportunidades me toca hablar de Frida Kahlo, la verdadera inventora de los "selfies" por sus conocidos autorretratos; y siempre concluyo que fue sobre todo: un icono de fortaleza, víctima del amor y genio del arte. 

Frida Kahlo cambió los estándares de la belleza con sus cejas unidas (al menos en algo nos parecemos), su pierna derecha más delgada que la izquierda, y sus vestidos de tehuana indígenas. 

Pero, sobre todo, Frida Kahlo es una fuente de lecciones de la vida para las mujeres (y también para los hombres), ya que supo mostrarle al mundo, lo que las mujeres pueden ser capaces de hacer, tanto física como emocionalmente, en una época donde el papel de la mujer estaba restringido al entorno de su hogar. Desde que la descubrí, es mucho lo que he leído de ella y sobre ella, y si tuviera que resumirla en 5 lecciones, diría:

1. Haz lo que amas.

"Nunca pinto sueños o pesadillas; yo pinto mi propia realidad".

Frida tenía la columna vertebral rota, llevó un corsé la mayor parte de su vida, le amputaron una pierna y todavía se las arreglaba para pintar. Mental, emocional y físicamente, Frida Kahlo pasó por un intenso sufrimiento; pero era precisamente su pasión y su dolor, la gasolina que la impulsó a ser un mito.

2. El amor es inexplicable.

"Tuve dos grandes accidentes en mi vida: uno con un autobús, y el otro fue Diego; Diego es de lejos el peor".

Diego Rivera, aparte de muralista famoso, fue conocido por sus interminables aventuras amorosas con cientos de mujeres, incluyendo a la propia hermana de Frida. Sin embargo ésta, lo amaba con pasión. Frida es sólo otro ejemplo de que el amor no se rige por racionalidades.

3. La importancia de expresarnos.

'Traté de ahogar mis penas, pero las condenadas aprendieron a nadar".

Ella llenaba todos los días su diario, donde a sabiendas de que sería público, expresaba sus tristezas y sentimientos sin ningún tipo de recato o pudor. Decía, que si la tristeza no se expresa, ésta tiene la capacidad de poner fin a la vida de un cuerpo, más rápido que cualquier enfermedad. Frida nos enseñó a crear algo hermoso, hasta en el dolor.

4. Sé, quien quieras ser.

"La belleza y la fealdad son un espejismo, porque los demás siempre terminan viendo nuestro interior".

Frida fue considerada un icono de la belleza en México. La Unicejay el bigote de los que mucha gente se burla, son los elementos que hicieron a Frida única. Ella es, precisamente, una invitación a ser únicos en nuestro estilo y sentirnos cómodos en nuestra propia piel. A ser uno mismo.

5. La magia de la improvisación.

"Nada es absoluto. Todo cambia, todo se mueve, todo gira, todo vuela y desaparece".

Frida nunca planeó convertirse en una artista. El accidente que sufrió a los 18 años, cambió el curso de su vida. Mientras estuvo postrada en la cama con un corsé, su padre le dio pinceles y pintura, y construyó un caballete para que pudiese pintar mientras ella estaba en la cama. Nunca sabes qué cartas te dará la vida, pero sí puedes saber cómo jugarlas. ¡Viva Frida!

cdoradof@hotmail.com

jueves, 17 de diciembre de 2015

La Cumbre de París Fracasó


paris fail

Casi la totalidad de los científicos han calificado de fraude a la Cumbre de París, ya que visualizan una enorme brecha entre el principal objetivo del Acuerdo de ‘mantener un aumento de las temperaturas globales por debajo de 2°C  y perseguir los esfuerzos para limitar el aumento a 1.5 °C ‘. Además de la falta de una hoja de ruta para la reducción de emisiones hasta el 2050. El rechazo más tajante al acuerdo climático de 196 países en París ha sido el de James Hansen, justo el pionero mundial en el estudio del cambio climático.

Según el ex climatólogo de la NASA y profesor de la Columbia University, quien alertó hace tres décadas al Congreso norteamericano sobre los riesgos del calentamiento global, el acuerdo ‘es una excusa de los políticos para poder decir que hay una meta de 2°C, para luego decir que intentarán hacerlo mejor cada 5 años’. Critica además el hecho de que ‘no se mencionan a los principales países causantes del problema’ y no se adoptan medidas urgentes para descarbonizar la economía, ya que mientras los combustibles fósiles sean los más baratos no hay duda de que se seguirán usando.

Según Steffen Kallbekken, director del Centro Internacional de Política del Clima y de la Energía, aunque estamos frente a un supuesto acuerdo histórico con la ambiciosa meta de bajar la temperatura del Planeta, a dicho acuerdo le faltan los medios específicos para iniciar su mitigación, ya que para llegar al objetivo de 1.5°C hay que rebajar del 70% al 95% las emisiones de gas carbónico para mediados del presente siglo. Y sin estas cifras que existieron al principio de la Cumbre el control del clima no manda una señal clara.

En la opinión de Myles Allen, profesor de geofísica de la Universidad de Oxford va a ser un gran reto mantener el calentamiento en 1.5°C para el 2050, lo mismo piensa Jan Kelman de la University College de Londres, quién piensa que la falta de números y de compromisos más allá de la referencia a las temperaturas indica que nada sustancial va a ocurrir hasta el 2020, por lo que faltan objetivos concretos con un calendario claro después de esta fecha. Además de que existe la posibilidad de cambios en las posturas de los gobiernos y de posibles fracasos para ser ratificados algunos parlamentos y en particular el del Congreso estadounidense. En opinión de Corenne Le Querre, del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático, los recortes anunciados por los países asistentes a la Cumbre son todavía insuficientes al recordar que los 2.7°C acordados están muy por encima de lo que los científicos consideran el punto crítico.

No obstante, se observa que los políticos y los funcionarios de las diversas naciones en la Cumbre, que son ajenos a la ciencia son los principales defensores del supuesto éxito del Acuerdo de París. Como es el caso del economista de la LSE de Londres Nicolas Stern, autor del Informe sobre la Economía del Cambio Climático. Y lo mismo sucedió con Ba Ki-Moon, el Secretario General de la ONU, quién dijo el sábado pasado que el Acuerdo de París había sido una victoria personal, después de un largo camino donde se marca el contraste con el fracaso de la Cumbre del Clima en Copenhage en el 2009. Ya que Ba Ki-Moon será el anfitrión de la ceremonia de la firma del Acuerdo de París el 22 de abril del 2016 y de las futuras acciones de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil.

Por su parte, Barak Obama, el presidente en turno de los Estados Unidos dijo que nunca esperó a que los legisladores demócratas y republicanos se pusieran de acuerdo, sino que empleó sus poderes ejecutivos, a través de un decreto, para aprobar en este verano los recortes más ambiciosos a las emisiones contaminantes de la industria estadounidense. Y el pasado sábado defendió el Acuerdo de París celebrando el liderazgo de los Estados Unidos.

Dijo Obama que desde el 2012 había atribuido la virulencia del huracán Sandy en la costa de Nueva York al cambio climático, pero el Partido Republicano ha mantenido su rechazo a cualquier legislación que recorte las emisiones. Señaló que no faltan legisladores, ni candidatos presidenciales que niegan la contribución de las actividades humanas al calentamiento global, considerando que el Gobierno federal y la Casa Blanca están interviniendo en competencias que corresponden a los Estados. Dentro de este contexto, los EUA deberán ratificar la próxima primavera el pacto aprobado el pasado fin de semana en París. Mientras su Congreso tendrá como telón de fondo la campaña electoral por la presidencia que arrancará en febrero en el Estado de Iowa.

Por su parte, China ha logrado su principal propósito en la Cumbre de París, ya que en el documento final los 195 países han acordado revisar cada cinco años sus compromisos para reducir las emisiones. Con la excepción de aquellos países que ya habían prometido recortar hasta el 2030, entre los que está China asumiendo por primera vez compromisos medio ambientales bajo el liderazgo de Xi Jinping, mientras impulsa proyectos con energías fósiles en 27 países de Asia.

Decía el New York Times el pasado sábado que los beneficios generados por el recorte de emisiones en China se pudieran contrarrestar en esa veintena de países, ya que las empresas estatales chinas respaldadas por préstamos de bancas públicas financian al menos 92 plantas eléctricas alimentadas por carbón en 27 países en desarrollo, sin importar el impacto que puedan tener en el calentamiento global. Aunque es notable que la actitud de China en París ha sido muy diferente a la que mostró en Copenhage en el 2009, cuando se opuso a cualquier acuerdo de carácter vinculante. China se encontraba entonces en plena aplicación de un modelo de crecimiento por encima de cualquier cosa. Pero hoy ese modelo está agotado y la población protesta cada vez más por el deterioro ecológico.

China fue el país protagonista en las conversaciones de París ya que emite 9000 millones de toneladas de Bióxido de Carbono al año y es el más contaminante del mundo. Aunque Pekín prometió recortar sus emisiones por unidad de PIB entre un 60 y 65% para el 2030 con respecto al 2005 y afirmó que para el 2030 aumentará al 20% el porcentaje de combustibles no fósiles renovables y la energía nuclear, cuando en el 2014 era de solo 11.2%. La mayor parte de ese aumento provendrá de energía atómica, ya que China cuenta con 21 reactores y tiene previsto instalar 28 más en seis años subiendo de 19.1 gigavatios anuales a 58 gigavatios anuales.

Adenda: A pesar de que los políticos y los funcionarios que fueron a la Cumbre la señalan como un gran triunfo, quienes conocen la verdad climática a fondo la consideran un terrible fracaso.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

martes, 1 de diciembre de 2015

“Antiprincesas”: libros infantiles para desarmar estereotipos de género - Historias de mujeres luchadoras en clave para chicos

La serie ya editó las historias de Frida Kahlo, Violeta Parra y Juana Azurduy.

“Queríamos contar mujeres con historias. Y en el camino salió, casi como un chiste, esto de ponerle “antiprincesas”: nos dimos cuenta de que nos estábamos oponiendo a las princesas tradicionales”, contó Nadia Fink, autora de los tres libros.
 No hay sapos para besar y convertirlos en príncipes azules en los cuentos de la Colección Antiprincesas. Tampoco hay madrastras malas, zapatitos perdidos, ni hechizos que rompen los varones con la magia del amor romántico. Hay mujeres libres, autónomas, luchadoras protagonistas de sus propias historias y las de los pueblos que las vieron crecer. Frida Kahlo y Violeta Parra fueron las encargadas de abrir la saga. Esta semana llegó a los quioscos de diarios y las librerías la historia de Juana Azurduy. Infojus Noticias habló con la autora de estos libros infantiles que buscan desarmar los estereotipos de género y mostrar que otras referentes son posibles para los chicos y las chicas.




Nadia Fink escribió y Pitu Sáa trazó las ilustraciones. Martín Azcurra se ocupó del diseño de los tres libros editados por las editoriales Sudestada y Chirimbote. En las librerías, los rostros de las tres mujeres latinoamericanas se confunden entre la hegemonía de Disney y los álbumes de figuritas que muestran a la monja joven de la novela televisiva de moda. La potencia y el colorido de las ilustraciones invitan a su lectura. Si el lector recorre las páginas se encuentra con información bien distribuida, más dibujos bellos y las historias de tres mujeres que desafiaron los mandatos de género. Los mensajes son claros: superación, lucha contra las injusticias, movimiento, actividad. El relato se detiene en gustos, placeres, vestimentas que hablan de ellas pero también de una cultura latinoamericana.

Además de contar las biografías personales, las publicaciones proponen actividades y distintos juegos. “Los adultos nos cuentan que quienes trabajan con chicos y chicas todos los días en territorio usan mucho estas actividades. También nos llegaron fotos de dibujos que surgieron a partir de leer Frida, trabajos con cerámica y hasta disfraces”, relata Fink. Es periodista y escritora. Hace 20 años se recibió de maestra jardinera y quizás en esa trayectoria está la inquietud por los libros para los más chicos. “En Argentina tenemos muy buena literatura infantil”, cuenta la mujer que debutó como autora con esta colección.

-¿Cómo surge la idea de Antiprincesas?

-Queríamos, en principio, contar historias de mujeres latinoamericanas. Empezamos por Frida y Violeta porque ya las había investigado. Para mí son dos referencias en lo personal y en lo histórico. Con Juana el trabajo fue más difícil porque tuve que ponerme a investigar. Queríamos contar mujeres con historias. Y en el camino salió, casi como un chiste, esto de ponerle “antiprincesas” porque nos dimos cuenta de que nos estábamos oponiendo a las princesas tradicionales.


-¿Por qué antiprincesas y no heroínas?

-Los cuentos de princesas incluyen un modelo de mujer estereotipada y pasivo. Pero además muestran una cultura europea que no tiene nada que ver con la cultura de nuestro continente. Esos cuentos de hadas de la mujer sumisa son los que queremos desandar. En oposición a esas mujeres que encuentran la felicidad intrafamiliar casándose con un príncipe o con la continuación de un legado familiar, nosotros pensamos mujeres que construyen colectivamente. Son mujeres que reflejan un continente y un país. No es nada más que una historia personal. Frida y Violeta se dedicaban al arte popular. Juana luchó por la liberación del Virreinato del Río de la Plata. Sus historias están hermanadas como latinoamericanas. No queremos desterrar ninguna princesa. Queremos mostrar otros modelos, otro espejo donde puedan reflejarse los niños y niñas.

-¿Cómo fue la adaptación de estas historias pensadas para el público infantil?


-De alguna manera hay una forma de narrar las historias de forma cinematográfica. Cuando se trabaja con textos para chicas y chicos me parece importante no subestimar, hablarles de frente con un lenguaje sencillo que no quiere decir empobrecido.

-En los tres libros hay un perrito que acompaña a Frida, un pajarito preguntón que dialoga con Violeta y un sable que guía el relato de la historia de Juana, ¿Hay una búsqueda de un lenguaje relacionado a las nuevas tecnologías?

-Sí, el diseño de Martín Azcurra ayudó mucho en eso. Hay vínculos, ventanas que se abren que hacen que la lectura sea más participativa. En definitiva la lectura de un cuento tiene ese componente. Además, los dibujos de Pitu son súper intertextuales. Agregan un lenguaje propio. No cuentan lo mismo que cuenta la palabra.

En el último libro de la colección, el de Juana, redoblan la apuesta bajo el título “La liga de las antiprincesas”. Allí aparecen distintas mujeres que fueron al frente de distintas batallas en la historia de América Latina: Micaela Bastidas, Bartolina Sisa, Victoria Romero, Martina Chapanay y María Remedios del Valle. El listado de estos nombres recortados de un tramo de la historia demuestra que la colección antiprincesas puede ser infinita.

lunes, 14 de diciembre de 2015


martes, 8 de diciembre de 2015

LA INMACULADA CONCEPCIÓN


La Concepción es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica  procedente de los padres. Por tanto, la concepción es el momento en que comienza la vida humana. Ahora bien, cuando hablamos del dogma de la Inmaculada Concepción no nos referimos a la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado. El dogma declara que María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana, y la voz del Arcángel Gabriel le anunció: "Alégrate, llena de gracia, el señor está contigoLc 1:28.


Las palabras en español "Llena de gracia" no hace justicia al texto griego original que es "kecharitomene" y significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural del alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la Inmaculada Concepción de María ciertamente lo sugiere.


La Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia. Pero la Inmaculada Concepción se deduce de la Biblia cuando ésta se interpreta correctamente a la luz de la Tradición Apostólica. 


El primer pasaje que contiene la promesa de la redención (Gn 3:15) menciona a la Madre del Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo, la semilla de la mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia santificante que el hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de que vendrá un redentor.  Junto a Él se manifestará su obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.



Además, el Apocalipsis narra sobre la «mujer vestida de sol» (Ap 12:1).  Ella representa la santidad de la Iglesia, que se realiza plenamente en la Santísima Virgen, en virtud de una gracia singular. Ella es todo esplendor porque no hay en ella mancha alguna de pecado. Lleva el reflejo del esplendor divino, y aparece como signo grandioso de la relación esponsal de Dios con su pueblo. Madre de Dios y Madre nuestra, bendice a este país y cúbrelo con tu manto.